Maria Montessori (maestra, pedagoga, filósofa, psiquiatra, psicóloga y médica), a lo largo de sus años de experiencia, propuso una serie de materiales pedagógicos para el desarrollo de los niños y niñas.
Su punto de partida fueron los materiales que usaron Itard y Seguin, y diseñó los materiales sensoriales, una serie de objetos sistemáticos con la finalidad de acompañar el desarrollo de la inteligencia infantil a través del uso de los sentidos. El éxito de estos materiales hizo que se propusiera, además, crear otros más relacionados con la cultura para poder responder a las necesidades de los niños y niñas más mayores.
Los materiales abarcan desde las primeras experiencias sensoriales, pasando por el aprendizaje de la lectura y la escritura, hasta las primeras operaciones aritméticas. Pueden ayudar también a la aritmética más avanzada, los análisis lógicos, la geometría, la gramática, etc. Asimismo, pueden constituir fuentes de apoyo para el aprendizaje y estudio de botánica, astronomía, geografía, historia, música... Todos los materiales que no enseñan, sino que descodifican lo que se quiere enseñar, son adecuados para el estudio de los más pequeños.
Algunas características de los materiales montessori.
Incitación a la actividad: invitan a ser tocados, a actuar, a hacer. Mediante la manipulación se adquieren conocimientos, se aprende.
Control del error: están hechos de manera que comprenden también el autocontrol del error. Los niños pueden ser de este modo autónomos en sus intentos y en sus pruebas ensayo-error. El niño puede percibir las diferencias.
Base de partida: pueden ser el trampolín que permita saltar a desarrollos posteriores. Montessori afirmaba que sus materiales sólo eran el punto de partida.
Diferentes usos posibles: con un único material se pueden dar usos distintos. Cada niño puede hacer su propio recorrido, en función de sus características y sus peculiaridades.
Obligatoriamente debe existir la libre elección: así, asimilar la cultura que rodea al niño no debe convertirse en una imposición, una obligación, sino en algo que se hace de buen grado, voluntariamente, que se interioriza porque se desea formar parte del mundo circundante. La educación debe ser autoeducación.
El papel del adulto: debe ser el de acompañar al niño, interpretar las necesidades infantiles y proporcionar los medios y los materiales adecuados. Debe ser un mediador entre el niño y el material, dispuesto a retirarse y a dejar la libre elección
Avanzar gradualmente con los materiales, de los ejercicios más sencillos a los más complejos, es parte esencial del método montessori. Esta característica del método hace que los padres, a menudo, se lo planteen como algo difícil de poner en práctica.
Las dudas más frecuentes.
¿Cómo sé cuál es el mejor ejercicio para empezar?
¿Cómo sé que el niño domina ya suficientemente el ejercicio y requiere otro?
¿Cómo debo elegir el material adecuado para avanzar?
La respuesta es, ante todo, tener confianza en el instinto natural del niño, y no pensar que un error adulto es fatal, ya que no es así. No es posible perjudicar el desarrollo infantil proponiendo material equivocado, siempre que no se insista en usarlo, porque si realmente no es el apropiado para él en ese momento, sencillamente no le prestará atención y se dirigirá sólo a aquello que sí lo es.
Hay que dar al niño el ambiente más adecuado para su libre acción y observarlo con atención. Si el niño demuestra un gran interés espontáneo por un material concreto, que segun Montessori representa un problema para él a resolver, y se dedica a solucionarlo, entonces podemos estar seguros de haber elegido bien el material adecuado a su grado de desarrollo.
Cuando ejecuta los ejercicios y los encuentra demasiado sencillos (quizás los hace sin ganas), no tiene sentido intentar que mantenga la atención en ello. Ha superado la actividad y ya no supone un problema a resolver. Por el contrario, si parece que lo encuentra difícil y requiere constantemente ayuda o explicaciones, puede suceder que el ejercicio sea demasiado difícil para él o que haya adquirido la costumbre de depender de los demás. En ambos casos se recomienda realizar una actividad más sencilla o, incluso, dejar de trabajar por un tiempo con los materiales sensoriales.
La idea más equivocada que se pueda tener de una escuela montessori
es imaginarse que los pequeños están ocupados todo el tiempo en una
enseñanza estructurada con el material sensorial. También es erróneo
pensar que los niños disponen de la todo el tiempo libremente. Los
resultados que proporciona el método montessori no se consiguen ni a
través de la mera repetición de actividades sensoriales ni por la falta
de sistema. Hay muchos otros factores que contribuyen a la educación y
que, a menudo, son de mayor importancia que elegir trabajar con los
cilindros o con los bloques. Es fundamental transmitir a los niños el
desarrollo de la responsabilidad y de la participación, el no hacerles
creer que no son aptos para contribuir a la vida cotidiana (familiar),
anulando su impulso natural de colaborar.
Los materiales montessori de 3 a 6 años propuestos.
Los números táctiles.
Caja de husos
Números y fichas
Astas numéricas
Perlas doradas
Perlas de colores
Tablas de Seguin
Tabla del cien
Juego de la banca para sumar
Juego de los sellos
Juego de puntos
Tabla de sumar
Tabla de restar
Cubo del binomio
Bolos de fracciones.
Para saber más:
http://educarparalohumano.blogspot.com.es/2011/08/metodo-montessori.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Maria_Montessori
Tomado de En tribu.
muy buen articulo...
ResponderEliminarExcelente articulo, muy interesante la vision de montessori hacia los recursos que debemos utilizar en el aula
ResponderEliminarGracias, Ebisu.
ResponderEliminarSaludos.