martes, 1 de octubre de 2013

La pedagogía del caracol: la educación lenta.




  Recomiendo este libro tanto para profesores, sean de Educación Primaria, Infantil, Secundaria, Escuelas de Adultos..., como para padres y educadores. Zavalloni nos hace reflexionar muy profundamente y consigue hacernos ver que nuestro sistema social (piramidal, consumista, patriarcal, enormemente competitivo y, en ocasiones, un tanto destructivo) no es lo mejor a la hora de enseñar y educar a nuestros niños, niñas y jóvenes. 

  Es cierto que todo lo que nos rodea no ayuda mucho a implantar este clase de modelo educativo tan interesante, pero poco a poco se pueden realizar los cambios pertinentes para hacerlo realidad.
  Estamos inmersos, por desgracia, en un ambiente en el que lo que prima es la competitividad: si no eres el número uno, no eres nadie; si no tienes éxito, eres un frustrado. Sólo hay que ver algunos programas televisivos en los que se nos carcome la mente: se respira un cierto odio, mucha competitividad y buenas dosis de desprecio, y esto va calando enormemente en los alumnos. El propio sistema hace que veamos a nuestros semejantes como a unos competidores, como a unos enemigos, y con esta perspectiva se produce una clara alienación en hombres y mujeres: las personas dejamos de ser personas, perdemos nuestra esencia, para convertirnos, entre otras muchas cosas, en mulas de carga (sea intelectual o física), en seres a los que se puede exprimir al máximo, en entes grises que, en ocasiones, pisotean a sus compañeros y compañeras.

   El DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) define la alienación como  el proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición.

  Hay que cambiar la mentalidad en la que ganar, el éxito y los beneficios son los nuevos dioses a los que hay que adorar. Ganar en sí no es nada; el "éxito" es muy poca cosa (habría que definir qué es eso del éxito, ya que para todos no significa lo mismo); los beneficios (económicos) pueden ser un cero a la izquierda, pero, si la sociedad en la que estamos los encumbra, ya tenemos el sufrimiento y un desasosiego instalados en la ciudadanía.

   El libro La pedagogía del caracol es un extraordinario texto de Gianfranco Zavalloni, maestro rural italiano ligado al movimiento de la escuela creativa.

  Nos dice Zavalloni: "En una sociedad basada en el éxito, el beneficio y el ganar, ¿hemos reflexionado sobre la importancia y el valor pedagógico de "perder"? Perder el tiempo, perder una partida, perder un tren, perder un objeto, perder una cita, perder a alguien, perder y basta...¡perder!".

   Aquí van unas interesantes reflexiones de Carl Honoré (uno de los gurús del movimiento Slow) y de Joan Domènech (maestro de Primaria y escritor).

"Creo que los buenos maestros en la escuela, sea cual sea el sistema con el que enseñen, intentan respetar el ritmo de cada alumno. Cualquiera que haya estado en una clase sabe que éste es, precisamente, el modo natural de enseñar.
 En nuestra cultura, la palabra lento es una palabra sucia, es sinónimo de perezoso, aburrido, ineficiente, no moderno. Pero la buena noticia es que el movimiento Slow está consiguiendo romper este tabú". 
Carl Honoré.

 "Si la educación lenta ha de comportar una mejor educación, también significa que los niños y jóvenes que puedan disfrutar de esta educación se convertirán en ciudadanos más conocedores de la sociedad y, sobre todo, más críticos". Joan Domènech.



   
Gianfranco Zavalloni, maestro rural.

7 comentarios:

  1. Buenos días,

    Encontré tu blogspot buscando sobre ''matrix y los cerebros en cubetas'' y me parece muy interesante. También he leído esta Entrada, y aunque seguro que estás al tanto, te comento que hay un reportaje de rtve sobre el movimiento slow, y hace poco nosotros compramos un libro llamado Elogio de la lentitud, aunque todavía no lo hemos leído. Son tantas cosas las que hay que hacer... que apenas me creo que esté comentando un blog... Saludos desde un instituto público de un pueblecito de Madrid.

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  2. Muchas gracias por tu amabilidad y deferencia. El reportaje al que haces referencia todavía no lo he visto, pero en breve lo visionaré. Seguro que es interesantísimo. Y sí, hay mil cosas todavía por hacer en educación, sea en Primaria, Secundaria... ¡No todo está hecho, ni mucho menos!
    Mil gracias.
    Julio C. Llamas Rodríguez.

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    1. Bueno días,

      He llegado aquí preocupada por un tema de conflictos en la clase de me hijo (6º de primaria), se puede resumir en " bromas de niños" mal entendidas o "gestionadas" o no contestadas como ahora mismo se espera que se conteste, por cualquier niño no tímido, no introvertido y no pacífico como parece ser mi hijo (en definitiva nadie se atreve a culpavilizarle directamente pero los comentarios apuntan directamente con el dedo a su forma de ser).
      ¿nos puede ayudar el libro de la pedagogia del caracol en este problema como padres?
      ¿puede haber relación entre la competitividad y estilo de vida vida que les estamos imponiendo a nuestros hiljos y la agresividad, falta de respeto hacia los demás?
      ¿Por qué nos sentimos presionados a cambiar la personalidad de nuestros hijos, cuando no coinciden con el estereotipo que parece ser dominante?
      ¿Como le puedo pedir a mi hijo que no sea él?

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  3. Buenas tardes,

    Seria importante no cambiar, ni pedirles que cambien, pero sí adaptarnos a las circunstancias, demostrar adaptatividad, inteligencia, no? No he entendido muy bien el problema que pasa en clase, quizás quieras explicarlo más directamente... Gracias.

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    1. El problema desde nuestro punto de vista es considerar cosas de niños a pequeños o grandes conflictos (cuando se rien varios ante las bromas y uno no, cuando se agrede en bromas en serio...)
      y se pretende encontrar la justificación en que la persona que se siente mal ante esto es por tener una personalidad tímida, introvertida, pacífica.....Bueno que no responde adecuadamente a los que le molestan o con un nivel de agresividad adecuado ( esto nos confunde)

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    2. Creo que teneis razón. Pero teneis que ayudar a vuestro hijo a hacerse fuerte y tener personalidad para decidir, eso se hace poco a poco, supongo. quizas necesiteis echar mano de alguien experto en el tema. No se trata de cambiar su personalidad, pero sí enseñarle a adaptarse a la variedad de personas con que se va a encontrar...

      Me parecería una buena solución pedir una reunión en la que estén el tutor/a, el hijo, alguien de un equipo de mediación o de orientación y alguien del equipo directivo, pasando un rato a la reunión personas que estén implicadas en el caso (otros profesores o alumnos que hayan visto situaciones) desglosando conductas y sucesos y encontrando compromisos. Hablando se pueden entender todos y es más fácil llegar a acuerdos y luego volver a quedar para revisarlos. Una de las cosas que pediría es que se tomen en serio el tema del respeto en el centro, y se hagan actividades en tutoría para trabajarlo.

      saludos.

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  4. Buenos días.
    Este libro, "La pedagogía del caracol", sí te puede ayudar, auqune no es, ni mucho menos, un manual sobre cómo tratar conductas de los alumnos disruptivas o inadecuadas en el aula; para eso tienes otras publicaciones muy interesantes (si quieres te podría recomendar alguna que otra). En cualquier caso, por supuesto que la sociedad en la que estamos influye en nuestro comportamiento (a unos más y a otros menos, claro). La brutal competitividad que respiramos todos los días no es relajante ni educativa para niños y adultos. Pero, por desgracia, es lo que tenemos. Cambiar el sistema es muy complicado, así que tendremos que cambiar nosotros mismos para, al menos, intentar cambiar el sistema poco a poco.
    Desde este blog no te puedo dar una respuesta definitiva sobre lo que propones, pues necesitaría saber con mucho detalle lo que realmente ocurre con tu hijo y su entorno. Por mi experiencia (los primeros años como profesor de Secundaria y, ahora, como profesor tutor de Primaria, recomendaría una reunión con profesores, padres, psicólogo/a del centro, equipo directivo y demás agentes implicados. Personalmente, cuando he tenido algún conflicto con algún alumno lo último es simpre imponer alguna solución drástica. Crea que prácticamente siempre se pueden solucionar las cosas de un modo más o menos pacífico.
    Un saludo.

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