A continuación, copio un extracto de “El espíritu creativo” de D. Goleman (el de la llamada inteligencia emocional).
“En
la vida, las presiones psicológicas que inhiben la creatividad de los
niños no tardan en manifestarse. La mayor parte de los niños en edad
preescolar, así como los que cursan primero de primaria, aman ir al
colegio, se entusiasman con la idea de explorar y aprender. Pero
cuando llegan a tercero o cuarto, a muchos de ellos ir al colegio ya no
les gusta, y no encuentran ya ningún placer en su propia creatividad.
La doctora Amabile, con sus investigaciones, ha identificado los principales enemigos (sic: killer) de la creatividad:
•Vigilancia.
Significa actuar sobre los niños haciéndoles sentir que están
permanentemente observados mientras trabajan. Cuando un niño está bajo
constante observación, el impulso creativo –la capacidad de aventurarse
en algo nuevo- se esconde bajo tierra.
• Valoración.
Significa infundir una excesiva preocupación sobre el juicio de los
demás. Los niños deberían preocuparse principalmente por estar
satisfechos del resultado alcanzado, y no concentrarse en el modo en el
que son valorados por los otros, o en lo que pensarán de ellos sus
compañeros.
• Recompensas.
Este error consiste en el excesivo uso de premios, como estrellas
doradas, dinero o juguetes. Si se hace un uso excesivo de las
recompensas, éstas privan al niño del placer intrínseco en la actividad
creativa.
• Competición.
Significa poner a los niños en una situación sin vía de escape, en la
cual o se gana o se pierde, y en la que sólo una persona puede llegar a
la cima. En lugar de esto, debería dejarse al niño seguir su propio
ritmo (aunque, no obstante, pueden ejercerse competiciones sanas que
alimenten el espíritu de grupo).
• Excesivo control.
Consiste en decir a los niños cómo deben hacer exactamente los deberes,
cómo deben ayudar en casa e incluso cómo deben jugar. Padres y
profesores a menudo confunden el deber de instruir con esta especie de
microgestión. Esto induce a los niños a creer que cada originalidad es
un error y que cada exploración una pérdida de tiempo.
• Limitar las opciones.
Significa decir a los niños qué actividades deberían emprender, en
lugar de dejarles que vayan solos donde les lleven la curiosidad y la
pasión. Sería mucho mejor dejar que el alumno elija aquello que le
interesa, y después apoyarle mientras sigue sus inclinaciones.
• Presión.
Consiste en crear expectativas grandiosas en torno a la prestación de
un niño. Por ejemplo, cualquier forma de instrucción forzada –aquella
que empuja a bebés apenas capaces de mantenerse en pie a aprender el
alfabeto o las matemáticas mucho antes de que estas materias les
interesen-, puede fracasar con facilidad, terminando por provocar en el
pequeño una verdadera aversión por la materia así impuesta.
Uno de los enemigos de la creatividad más comunes es algo mucho más sutil, tan profundamente arraigado en nuestra cultura que apenas lo notamos: se trata del tiempo.
Uno de los enemigos de la creatividad más comunes es algo mucho más sutil, tan profundamente arraigado en nuestra cultura que apenas lo notamos: se trata del tiempo.
Si la motivación intrínseca en un factor clave de la creatividad
infantil, el elemento crucial para cultivarla es el tiempo: un tiempo
ilimitado, suficiente para que el niño saboree y explore una determinada
actividad o materia particular haciéndola propia. Quizá uno de los peores crímenes que los adultos cometen contra la creatividad infantil consiste en privarlos de este tiempo.
(……….)”
Obviamente, tampoco
hace falta ir a la escuela para matar la creatividad. A menudo son los
padres, familiares o cuidadores más cercanos los que se empeñan en
dirigir las actividades de los niños constantemente.
Excelente publicación!
ResponderEliminarSaludos desde Mi Sala Amarilla
Gracias, Sandra!!!
EliminarJulio C. Llamas.
Ante todo, muchas gracias por esta entrada, no conocía este libro de Goleman y la verdad que me parece tema importante.
ResponderEliminarEducar, que no formar, a todo el mundo en la creatividad debería ser una prioridad en nuestra sociedad. Según Sir Ken Robinson, nuestro sistema educativo actual viene dado de la revolución industrial y ha quedado obsoleto. En mi opinión, inhibir la creatividad desde la infancia (cotarla de raíz) es muy útil para poder formar, que no educar, una clase social proletariada, es decir, mano de obra explotada y sin capacidad creativa para poder realizar otra actividad. Este mismo proletariado es encargado de matar la creatividad de sus hijos, pues ni siquiera se plantea lo que se ha hecho “toda la vida”. Aún así no falta quien se queje de la clase política, las instituciones y las grandes empresas sin ver su parte responsabilidad en esta crisis. Los de la era industrial sólo aprovecharon el filón, crearon un paradigma y se echaron a dormir, pero somos todos responsables de crear un mundo mejor, pues todos tenemos la capacidad de crear.
Nuevamente muchas gracias por la entrada y saludos,
Carmen Díaz Muñoz
Una reflexión muy interesante y certera.
ResponderEliminarGracias, Carmen.
¡Saludos!