Una de las maneras más efectivas para estudiar y retener nueva información es escribir a mano. Esto se debe a que este tipo de escritura estimula una parte del cerebro llamada Sistema Reticular de Activación (SAR). Según Lifehacker, «el RAS actúa como un filtro para todo lo que tu cerebro necesita procesar, y más importancia a las cosas en las que te estás centrando en cada momento, algo que el acto físico de escribir consigue». Un estudio de 2010 concluyó que las áreas cerebrales asociadas con el aprendizaje "se activaron" mucho más cuando a los niños se les pidió que escribieran palabras como «nave espacial» a mano. Virginia Berninger, profesora de psicología en la Universidad de Washington, explica que escribir a mano es diferente de escribir en un teclado porque requiere dibujar trazos para crear una letra en lugar de simplemente presionar un botón.
Los ordenadores, los smartphones y las tabletas son agujeros negros de tiempo. De hecho, simplemente invirtiendo mejor el tiempo que uno pasa en las redes sociales, se podrían leer casi 200 libros al año. Y si esto es lo que consigue Internet con la lectura, no digamos ya con la escritura.
Escribir a mano es, a la larga, un entrenamiento para el cerebro ‒además de para la muñeca‒. Según The Wall Street Journal, hay médicos que afirman que el acto de escribir ‒ y su repercusión en las habilidades motoras, en el pensamiento, en la memoria o en el lenguaje‒ es un buen ejercicio cognitivo para las personas que quieren mantener su mente en forma a medida que envejecen. Además, un estudio de 2008 publicado en el Journal of Cognitive Neuroscience demostró que para las personas es más fácil y rápido reconocer nuevos caracteres (por ejemplo del chino, símbolos de matemáticas o notas musicales) si están escritos a mano en lugar de a ordenador.
Muchos son los escritores o poetas conocidos que optan por escribir a mano antes que utilizar una máquina de escribir o un ordenador. En una entrevista de 1995 en la revista Paris Review, la escritora Susan Sontag dijo que escribió sus primeros borradores a mano. «Escribo con una pluma de punta de fieltro, o a veces un lápiz». El novelista Truman Capote insistió en más o menos en lo mismo, aunque estando acostado y con un café en el cuerpo y un cigarrillo en la boca. «No, no uso una máquina de escribir», dijo en una entrevista. «Escribo mi primera versión en lápiz y luego hago una revisión completa, también a mano».
Un estudio de 2009 de la Universidad de Washington parece estar de acuerdo con Sontag, Capote y con muchos otros autores que prefieren la escritura a mano. Según este estudio, los alumnos de primaria que escribieron textos a lápiz no solo escribieron más que los compañeros que lo hicieron a ordenador, sino que lo hicieron más rápido y con oraciones más elaboradas.
Texto tomado de La piedra de Sísifo
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