miércoles, 17 de abril de 2013

¿El músico nace o se hace?





    Se creía hasta ahora que la enseñanza musical dependía de las condiciones innatas (biológicas) que las personas poseían.  O sea, que unas personas son musicales y otras no. Pero ciertos estudios van en la dirección de pensar que todas las personas tendrían unas aptitudes y competencias mínimas musicales para poderlas desarrollar en un futuro. Por esta razón, he creído oportuno recomendar una breve bibliografía sobre esta cuestión, sobre todo para aquellos que, sin ser expertos en el tema, quieran tener su primer acercamiento.
   Algunos estudiosos, como Sloboda (escritor, músico y psicólogo), creen que todas las personas poseemos una capacidad para la competencia musical similar a nuestra capacidad para el lenguaje. Las habilidades lingüísticas se desarrollan naturalmente en todos los seres humanos, excepto en circunstancias muy excepcionales. Igualmente, la aptitud musical podría ser una característica universal de la Humanidad.
   La Psicología de la Música ha llegado últimamente a la conclusión de que, por ejemplo, no se puede considerar “genio” a un buen instrumentista, sino más bien “experto”: una persona que ha empleado numerosas horas de estudio para llegar a un nivel de excelencia, pero cuyos mecanismos cualitativos no difieren de los del resto de las personas. Otra cuestión importante es ver que la pericia productiva musical depende del contexto social en el que tiene lugar.
   La Psicología de la Música nos sugiere que los géneros y estilos de música determinan un sofisticado desarrollo musical natural en todas las personas. La idea central sería que en la sociedad hay distintos caminos para el desarrollo musical y los individuos eligen qué ruta seguir.  Si se considera que todos los seres humanos de una misma cultura son expertos receptivos, la educación audio-perceptiva consistiría simplemente en aprender y desarrollar “lo que ya se sabe”. El estado emocional de las personas que participan en una situación educativa-musical es decisivo. Hay evidencias de que en los conservatorios y escuelas de música no se dan, en muchas ocasiones, las condiciones emocionales adecuadas. Por parte de los profesores, ciertas actitudes distantes, rígidas e inflexibles no hacen más que enrarecer el ambiente académico, y dificultan la enseñanza musical.
    Para ofrecer una educación audio-perceptiva humanamente viable hay que reconocer el estado continuo de aprendizaje de profesor y alumno.
    Habría que remarcar también que las condiciones innatas (genéticas) sí que van a tener su peso en los futuros músicos (intérpretes, compositores, directores…). Sin negar el gran peso sociocultural, hay multitud de factores que van a influir y a incidir en que una persona llegue a ser un “experto”, “virtuoso” o como se le quiera denominar. Si se pudiera hacer un estudio en el que se siguiera la trayectoria de un determinado grupo de instrumentistas, por ejemplo, y que todos estos músicos estudiaran el mismo número de horas, con los mismos profesores, idénticos métodos pedagógicos, etc., se podría dar la ciscunstancia de que, muy probablemente, unos músicos avanzarían más que otros, consiguiendo algunos de ellos ser unos verdaderos “expertos”, mientras que los otros podrían llegar a hacerlo muy bien, pero sin alcanzar nunca  un altísimo nivel. Por tanto, se podría  intuir que el músico se hace pero también nace.  En qué porcentaje nace y se hace, no se sabe todavía. Los investigadores no están muy de acuerdo en esto. Esta cuestión es tremendamente complicada, por el número tan ingente de factores que intervienen. Estos factores están fuertemente imbricados y entrelazados, dándose una confluencia de situaciones muy diversas  y variadas que pueden desembocar en multitud de realidades educativas y musicales.  

            En cualquier caso, el lector podrá tener un pequeño acercamiento a estas cuestiones si tiene a bien acercarse a esta pequeña lista de obras sobre el tema: 

  1. Cámara de Landa, Enrique (2003): Etnomusicología. Madrid: Instituto Complutense de Ciencias Musicales. ICCMU.

  2. Cruces, Francisco (ed.) (2001): Las culturas musicales. Lecturas de etnomusicología. Madrid: Trotta.

  3. Hargreaves, D.J., & Frega, A. L. (1998): Música y desarrollo psicológico (1ª ed.) Barcelona: Graó.

  4. LABAJO, JOAQUINA (1998): Ciudad y Música, Bidebarrieta 3,  pp. 27-41

  5. SLOBODA, J.A. (1985): The musical mind. Oxford. Clarendon Press.

  6. SLOBODA, J.A. (1997): Pericia musical, en Orpheotron, n. 1, pp. 7-34.

  7. SLOBODA, J.A. (ed.) (1988): Generative processes in music. Oxford. Clarendon Press.

  8. SLOBODA, J.A.; DAVIDSON, J.W.; HOWE, M.J.A. (1994): Is everyone musical?” en The Psychologist, n. 7 (7), pp. 349-364.



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