Como ya dije en un artículo anterior, hasta hace muy poco tiempo se pensaba que la inteligencia era algo innato e inamovible: se nacía inteligente o no. Ahora, con el trabajo de Howard Gardner, se ha descubierto que esto no es exactamente así. Afortunadamente a través de la educación se puede potenciar la inteligencia. Ésta es mucho más amplia de lo que nos habían dicho hasta ahora; realmente es una combinación de factores tanto endógenos como exógenos. El sistema educativo tendría que empezar a impulsar los otros tipos de inteligencia, aunque esto, tal y como está planteado el sistema actual, sea todavía utópico. Asimismo, se hace necesaria una educación personalizada, a la carta: cada niño es un mundo y no se puede educar a todos los alumnos por igual. Esto nos lleva a personalizar la educación.
El que una persona con pocos estudios reglados llegue a ocupar un puesto elevado en la sociedad (hay numerosos ejemplos) nos podría sugerir, entre otros factores, que domina en mayor o menor medida esos otros tipos de inteligencia, como la intrapersonal o la interpersonal, que en la escuela no se suelen potenciar. Únicamente se hace hincapié en las matemáticas, el lenguaje, las ciencias naturales..., dejando de lado otros ámbitos de la inteligencia muy importantes.
Y es que no vale sólo con poseer un brillante expediente académico: otras clases de inteligencia, que se trabajan poco o nada en la escuela, tienen una gran influencia en la consecución de ciertos objetivos profesionales y personales.
Los siguientes vídeos son muy esclarecedores. Vale la pena verlos.
De las inteligencias múltiples a la educación personalizada:
No hay comentarios:
Publicar un comentario