Trompeta Monette
Detalle de un grabado en una trompeta Monette
En las épocas más remotas, las trompetas estaban fabricadas con cuernos de animales, conchas de moluscos, huesos ahuecados, distintos tipos de cañas, barro cocido, troncos vaciados, etc. Más tarde, con el descubrimiento de los metales, se empezaron a hacer de bronce.
En un principio, las trompetas no tenían boquilla y se tocaban hablando o chillando en su interior, como si fueran una especie de altavoz. Hay que recalcar que estos tipos de instrumentos musicales rudimentarios no eran propiamente una trompeta, sino, más bien, los antepasados de ésta. De todos estos primitivos instrumentos nacerían posteriormente otros, como la trompeta, el trombón o la trompa.
Ya en la Edad Media, las trompetas fueron construidas con bronce fundido, planchas de hierro, cobre o incluso en plata y oro para eventos y ceremonias determinadas. En los sucesivos periodos históricos también siguieron construyéndose con estos tipos de metales, y fue en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX cuando se generalizó el uso del latón. Este material, en el que suelen estar fabricadas actualmente casi todas las trompetas, y el resto de los instrumentos de viento-metal, es una mezcla de cobre y cinc (en proporciones variables) y otros tipos de metales en pequeñas cantidades, ya que resiste muy bien la oxidación. Normalmente el latón suele tener entre un 65% y un 75 % de cobre, y posee un color amarillo brillante (muy parecido al oro). Es utilizado también para fabricar lengüetas sonoras para armonios, acordeones y registros de lengüetería para órganos musicales. El latón también tiene una propiedad muy interesante: es antimicrobiano. Asimismo, para la fabricación de trompetas, trompas, trombones y tubas se utiliza también la alpaca (mezcla de cobre, cinc y níquel) y el monel (níquel, cobre, hierro y magnesio) que se suele emplear sobre todo para los pistones. La alpaca (llamada en algunos sitios plata alemana o metal blanco) se utiliza igualmente para las llaves de los instrumentos musicales de viento madera, como oboes, clarinetes, etc. Por su parte, el monel aguanta muy bien el efecto corrosivo de la saliva, por lo que se emplea para fabricar los pistones de los fliscornos, trompetas, cornetines de pistones, trompetas píccolo, etc.
Existen básicamente dos tipos de trompetas por lo que respecta al acabado externo: las plateadas (baño de plata) y las lacadas (doradas). Las que tienen un baño de plata duran más que las lacadas, pero hay que limpiarlas más a menudo y cuestan, por regla general, más dinero. El sonido de una trompeta lacada suele ser más suave y menos brillante (aunque no siempre, claro), mientras que las trompetas bañadas en plata tienen un sonido más incisivo, metálico y brillante. Existen también en el mercado trompetas niqueladas. El níquel tiene un sonido parecido (aunque no exactamente igual) al de las trompetas plateadas, cuestan menos dinero y son fáciles de mantener, pero el problema que se presenta con cierta frecuencia es que algunas personas son alérgicas a este metal.
Por lo que respecta a la campana (además de las aleaciones como el latón, la alpaca y el monel), también las hay hechas con plata maciza (con un sonido muy brillante), bronce e incluso de cristal. El material con el que esté hecha la campana influirá en la sonoridad de la trompeta.
La aleación con la que está fabricado el tudel no influye decisivamente en la sonoridad del instrumento. Es conveniente y recomendable tener uno de latón con cobre extra (mayor cantidad de cobre) ya que es más resistente al efecto corrosivo de la saliva.
Los pistones suelen estar fabricados en una aleación bastante resistente y dura como es el monel, mencionado anteriormente. El resultado es el de un pistón que durará casi toda la vida.
Otro aspecto importante es el peso de las diferentes trompetas. Las más pesadas (más cantidad y calidad por lo que respecta a la aleación de metales) suelen tener un sonido más “gordo”, grueso y rico, pero también son más difíciles de tocar y dominar por parte del ejecutante. Las trompetas menos pesadas son más fáciles de tocar, tienden a tener un sonido más “ligero” y menos rico y, por regla general, cuando se toca con mucha potencia, el sonido puede llegar a distorsionarse.
Diversas marcas de trompeta como Monette, Courtois, Calicchio y Cuesnon diseñan algunos modelos pesados, mucho más caros que las habituales (ciertos fliscornos o trompetas pueden llegar a costar más de 12.000 euros), que pesan casi el doble que los instrumentos usuales, con campanas de doble pared y tubos gruesos. La sonoridad es mucho más rica, aunque hay que tener una técnica instrumental muy grande y un exigente estudio diario.
Por lo que respecta a las boquillas, éstas suelen estar hechas también de latón. Las hay, además, de madera de boj, peral y ébano. El resultado sonoro es muy parecido al que se puede obtener con las boquillas metálicas, aunque quizá un poco menos brillante. Eso sí, en invierno, a diferencia de las metálicas, son cálidas al contacto con los labios.
Por último decir que, para fabricar distintos tipos de instrumentos de viento-metal, se ha experimentado en los últimos años con otros tipos de materiales como el vidrio, el plástico y la madera, con resultados poco satisfactorios.
BIBLIOGRAFÍA
MICHELS, U. (2003). Atlas de la música (Volumen 1). Madrid:Alianza.
MILLÁN, A. (1986). La trompeta. Murcia: Mater Música.
MILLÁN, A. (1991). La trompeta: historia y técnica. Murcia: Mater Música.
PHILIP, B. (1966). The trumpet and trombone. London: Graz.
Que buena información amigo. Muchas gracias
ResponderEliminarGracias, TheCybercoffe!!!
EliminarJulio Llamas.