Solemos pensar que los ataques contra las mujeres únicamente se producen en la adolescencia y en la edad adulta. Pero nos equivocamos. A edades tempranas ya se empiezan a vislumbrar ciertos comportamientos violentos. Por esto, es fundamental empezar a enseñar a niños y niñas (desde la Educación Infantil) que hombres y mujeres somos iguales, aunque cada uno, claro está, con sus particularidades.
Cuando uno lee en distintos medios de comunicación que el 80% de los jóvenes piensa que las chicas deben complacer a sus novios, es inevitable llevarse las manos a la cabeza. ¿Estamos en el siglo XXI o nos hemos quedado en el XIX?
Según distintos estudios, los ataques a las mujeres se inician a partir de los 11 o 12 años de edad (Educación Primaria). La educación es una herramienta importantísima para concienciar a los chavales y chavalas de todo lo relacionado con las agresiones (físicas o psíquicas) que sufren algunas mujeres.
Todos los profesores no universitarios, desde la Educación Infantil hasta el Bachillerato, estamos obligados a inculcar en nuestros estudiantes unas actitudes y conductas de igualdad.
La formación afectivo-sexual es fundamental. Obviamente ha de ser adaptada a los diferentes niveles educativos. Todos los alumnos y alumnas han de aprender a reconocer las situaciones de violencia y discriminación, que en demasiadas ocasiones pasan desapercibidas por tratarse de agresiones de baja intensidad. Nuestros colegiales tendrán que saber analizar de forma crítica los mensajes machistas que hay en la televisión, en las revistas, en los videojuegos, en distintas páginas de Internet, en los cómics o tebeos, en las vallas publicitarias, en la radio, en los folletos publicitarios...
En definitiva, nuestros escolares han de aprender a establecer relaciones afectivas basadas en el respeto, la autonomía y el reconocimiento mutuo.
¡Por un mundo sin violencia de género!
No hay comentarios:
Publicar un comentario